Jorge Álvarez (Universidad de la República, Uruguay)
El desempeño económico de Nueva Zelanda y Uruguay en el largo plazo ha estado estrechamente vinculado al desempeño productivo del sector agrario y al comportamiento de la demanda internacional. Es sabido que el sector agrario neozelandés ha logrado mejores rendimientos físicos por unidad de superficie que el sector agrario uruguayo como consecuencia de una mayor eficiencia técnica en la producción. Estas diferencias, entre otras, explicarían el mejor desempeño de la economía neozelandesa.
Sin embargo, la investigación no ha avanzado lo suficiente para determinar con precisión si la mayor eficiencia técnica y los mejores rendimientos físicos del agro neozelandés respecto del uruguayo se corresponden con una mayor eficiencia económica (la producción con relación a los factores involucrados). Tampoco si las trayectorias tecnológicas y productivas del sector agrario de cada país han respondido exclusivamente a factores institucionales (sistema de innovación tecnológica, funcionamiento de los mercados de factores, estructura de la propiedad de la tierra y distribución del ingreso en el sector), a la dotación de recursos naturales (calidad natural de la tierra) o a una combinación de ambos.
Partiendo de los enfoques que postulan una relación de influencia recíproca entre la dotación de recursos naturales y las instituciones domésticas, el artículo presenta nuevas estimaciones del crecimiento de la productividad del sector agrario en ambos países con el objetivo de identificar qué clase de incentivos operaron en los productores rurales de cada país para invertir capital y tecnología con el propósito de aumentar la productividad.
Los resultados preliminares indican que la combinación de una alta productividad natural de la tierra en Uruguay para la producción agropecuaria, una estructura de la propiedad concentrada y la ausencia de un sistema de innovación en el sector agrario resultó en bajos niveles de inversión de capitales y bajos niveles de crecimiento de la productividad agraria. En Nueva Zelanda, peores condiciones naturales para la producción agropecuaria en comparación con Uruguay, la presencia de un sistema de innovación agrario más fuerte y articulado, y una estructura de la propiedad de la tierra menos concentrada, incentivó la inversión de capitales por parte de los productores para el crecimiento de la productividad en el sector.