Sergio Cabrera Morales (División de Estudios de Postgrado, Facultad de Economía, UNAM)
Comentario a cargo de Paola Azar
El estado del bienestar ha sido un mecanismo para neutralizar los efectos nocivos de las transformaciones de la economía, y ha tenido un papel destacado en algunos países de América Latina (AL); reformuló el horizonte de la protección social, creando la Seguridad Social, con prestaciones en varios ámbitos, niveles y sectores sociales. Esta construcción social y política en los últimos treinta años ha mutado en varios países.
Esa seguridad social sirvió de dique al deterioro de las condiciones de vida de la población, impulsó la economíay aportó mecanismos al ámbito político y social. Las características sociales, políticas y económicas de AL, contribuyeron para que esa protección social fuera útil a la industrialización, con sus limitaciones; tal industrialización también se sirvió de esa institución. Pero la dinámica del modelo económico llegó a la exasperación, acelerando la competencia y la concentración del capital, y los mecanismosestructurados para hacer frente a las dificultades crecientes, aceleraron la exasperación, debilitando mas el sistema, lo que se expresó en diversas fases y formas. A ello se sumó en los años ochenta,otrasdificultades,que pusieron en la discusión las bases del estado del bienestar.
En AL, la dinámica errática de la economía como la decidida, y equívoca política económica emprendida, propiciaron las condiciones para la reorientación de la política social. Ello ha propiciado que segmentos de los bienes públicos vayan a la órbita de lo privado, con lo que los principios y acción del estado social quedaron corrompidos. A esto contribuyeron los discursos teóricos sobre la economía, la presencia del estado en la economía, y por supuesto,la función de las políticas sociales. En este contexto la política económica se reorientó con rapidez y determinación,y limitó de manera sensible la política social. Los años ochenta, la década perdida, fueron emblemáticos para ese cambio radical. El periodo se caracterizó por la profunda crisis, como por el diseñó para superarla.
Ante el fuerte endeudamiento de los estados, la doctrina argumentó que ello era la raíz del proceso inflacionario incontenible, y por tanto, fuente originaria de la crisis. Así, el único mecanismo para salir del laberinto era la cultura de la austeridad. Ello privilegió el pago de la deuda a costa de las necesidades sociales.Se impuso el discurso de las ventajas de la economía de mercado,mediante la presión de organismos internacionales,sometiendo a los gobiernos gracias a los prestamos otorgados. Estrategia para asumir como incuestionable la ventaja de modelos teóricos.Esta orientación económicaocultaba un discurso y programa político de conducción de la sociedad. Así, convergían economía y política para relanzar la economía mundial, donde AL cumplía un papel. Esta estrategia se “materializó” en el Consenso de Washington,orientación conservadora política y socialmente, y liberal, o neoliberal, en lo económico, volcandola economía de AL al mercado externo, con el objetivo sistemático de reducir costos laborales al máximo para salir de la crisis, como para hacer competitivas las mercancías de la región.
La estrategiallevó a mayor concentración del ingreso y la riqueza, y en contrapartida, sistemáticamente se empobreció la sociedad, con mayores desventajas para las mujeres. Los objetivos no se cumplieron, el modelo entró en atonía antes, con la desventaja de haberse ampliado y profundizado el nivel de dependencia. Vulnerando mas la economía y las condiciones de vida de la sociedad; ahora con redoblada desventaja, la seguridad social se encuentradesarticulada y privatizada.
La mutación del sistema y mecanismoshegemonizó la llamada financiarización, la cual absorbió los fondos de pensión, elemento esencial de la seguridad social. Si bien dichos fondos, antes de la crisis del 2007,habían sido arrastrados a la volatilidad,incluso especulación de los mercados financieros, la crisis en curso los ha acercado a la vulnerabilidad e incertidumbre como a los dueños de dichos fondos: los trabajadores que cotizaron para su jubilación.