Segunda Posguerra. Estrategias de desarrollo y políticas de población.Un estudio comparado

Ofelia Beatriz Scher (Facultad de Ciencias Económicas – UBA)

Las relaciones entre la migración internacional y el desarrollo son múltiples e involucran nexos mutuos de causalidad. La movilidad de las personas tiene su origen en  diversos factores de tipo económico, social, político, cultural y ambiental  formando parte de un  proceso que afecta la dinámica del devenir de las zonas de origen y de destino, incidiendo sobre las condiciones de vida de los individuos y familias directamente involucrados en los movimientos.

Desde luego, los vínculos interactivos de la migración y el desarrollo asumen especificidades históricas y varían entre los países. En el mundo contemporáneo, caracterizado por una creciente interdependencia internacional, esos vínculos han adquirido gran complejidad. Las transformaciones en las esferas de la producción y del intercambio, así como  los avances tecnológicos de las comunicaciones han posibilitado un mayor acceso a la información y a los estilos de vida, consumo y pautas culturales imperantes en las naciones de mayor desarrollo relativo, haciendo más visibles las grandes desigualdades internacionales en cuanto al grado de desarrollo y a la satisfacción de las necesidades de la población. Tanto las evidencias de estas desigualdades cuanto las percepciones sobre ellas son agentes estimulantes de la migración. A su vez, las convulsiones sociopolíticas han influido decisivamente en el aumento y la heterogeneidad de los movimientos migratorios.

Centraremos nuestro trabajo, en el  fin de la segunda guerra mundial, que hacia 1946, abrió  un panorama inédito en el desarrollo económico mundial en un escenario signado por la “guerra fría”, es decir, de antagonismo y desconfianza entre  ambos sistemas económicos, el  capitalismo y el comunismo. En ese marco, compararemos a Argentina  y Canadá  que se inscriben, dentro del grupo de países americanos, que se propusieron abrir sus puertas a la inmigración, generando políticas de Estado para cubrir tanto el déficit de mano de obra manufacturera  como de trabajadores rurales.

Recordemos que  Argentina y Canadá, a fines del siglo XIX y comienzos del XX,  se conformaron como países  agro - exportadores  receptores de  inmigrantes,  que llegaron, en especial de Europa,  para “hacerse la América”, flujos que se vieron disminuidos  por las guerras mundiales y la crisis de 1929. Hacia 1946, Canadá como país cercano al Commonwealth y a la Francofonía recibió, importantes inversiones norteamericanas que ayudaron  a su despegue y consolidación industrial; participó activamente en las tareas del ACNUR / ONU   y se posicionó como  receptor de refugiados. Por otro lado, Argentina, en el otro extremo del continente, también consideró el factor demográfico en sus planes de desarrollo. En efecto, el aumento de las exportaciones de productos primarios así como la política de profundización del modelo sustitutivo de importaciones generaron deliberaciones en cuanto a las políticas demográficas a seguir debido a la necesidad de mano de obra. Se puso así en marcha una política de planificación expresada en el Primer Plan Quinquenal (1947-1951)

Buscamos una exploración de las relaciones entre desarrollo y migraciones internacionales que nos permitan una reflexión comparativa entre ambos países expresada en la heterogeneidad de sus condiciones económicas, sociales, políticas y culturales resultantes, parecidas pero diferentes al resto de América Latina.