Carlos Donoso Rojas (Universidad Andres Bello)
Entre 1880 y 1920, aproximadamente, la economía chilena se organizó principalmente en torno a los ingresos generados por la exportación de salitre. Sin tratarse de un período particularmente próspero, el cierre de la demanda internacional, a inicios de los años treinta, provocó el colapso de las finanzas nacionales y, en especial, de Tarapacá, principal región productora del nitrato.
Por razones derivadas de la forzada reconfiguración económica del país, las escasas iniciativas fiscales destinadas a reimpulsar la producción en dicha región no tuvieron efecto alguno. Su insolvencia quedaría de manifiesto en 1953, cuando diversas consideraciones geopolíticas estimularon la creación del Puerto Libre en Arica, ciudad ubicada en el punto más septentrional del país, colindante a Tarapacá. El nuevo status de dicha ciudad, reflejado en la entrega de franquicias y exenciones tributarias, estimuló su industrialización, impulsando el desplazamiento de capitales y personas, éstas llegadas principalmente desde Tarapacá, sumiendo a dicha provincia en un virtual abandono.
La situación se revertiría tras el golpe militar de 1973 y las tensiones fronterizas con Perú y Bolivia. El virtual riesgo de un conflicto armado impulsó al régimen militar a desestimular las inversiones en Arica, creando en Iquique, la capital de Tarapacá, una Zona Franca que rápidamente se transformaría en el principal motor del desarrollo regional. Bajo privilegios tributarios similares a los propuestos en Arica dos décadas antes, la economía regional logró crecer a niveles sin precedentes, convirtiéndose en un polo de atracción comercial e industrial. El puerto de Arica, en cambio, se ha sumido hasta hoy en uno los los centros urbanos con más baja calidad de vida en el país, condición que se ha hecho extensible al resto de la provincia.
El objetivo de nuestra ponencia es analizar variables que permitan explicar la incongruencia que durante años han imposibilitado la creación de políticas simétricas para una macroregión relevante, tanto por la cuantía de sus recursos como por su estratégica condición fronteriza. Si bien este fenómeno no se constituye en una excepción a lo que ocurría (y ocurre) en otras zonas de Chile, es relevante tomando en cuenta que las políticas impulsadas desde la década de 1950 fueron excluyentes, beneficiando a zonas específicas sin mediar propuestas paliativas para aquellas que directa o tangencialmente, pudieron verse afectadas.
Esta investigación se ha desarrollado a partir de un proyecto mayor financiado por el Fondo de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT) que estudia la crisis de industria salitrera entre 1930 y 1970 en Tarapacá. El estudio de ha hecho a partir de la recopilación y análisis de normativas jurídicas, debates parlamentarios precedentes, informes oficiales, revisión de prensa y de anuarios estadísticos, tanto demográficos como industriales.