María Florencia ARÁOZ (UNSTA-UNT)
Entre 1860 y 1930 Argentina creció a un ritmo con pocos paralelos en la historia económica mundial. Sin embargo, posteriormente comenzó un proceso de desaceleración y estancamiento que paulatinamente la alejó de esa posición de privilegio. Autores como Cortés Conde (1994), Taylor (1994) y Della Paolera y Taylor (1998) destacan el papel negativo jugado por las políticas económicas inadecuadas en Argentina desde finales del siglo XIX, consecuencia estas últimas de un marco institucional débil. Esta visión es compatible con la de Acemoglu et. al (2002), quienes sostienen que las políticas distorsivas son síntomas y no causas de una mala performance, siendo las instituciones subyacentes las que generan ese tipo particular de manejos. Desde esta perspectiva, las sociedades persiguen políticas macroeconómicas distorsivas porque tienen o han tenido instituciones débiles.
A través de este trabajo se busca determinar si existe alguna relación que vincule los períodos de crecimiento y estancamiento en Argentina con la cuestión institucional. La hipótesis central propone a esta última como elemento determinante al momento de explicar las causas del retraso relativo de Argentina.
Si bien diversos autores han abordado ya esta cuestión, la mayoría lo hace desde una perspectiva teórica, existiendo en la actualidad pocos trabajos que lo hayan hecho desde una perspectiva empírica y de largo plazo. Y los trabajos existentes (e.g. Sanz, 2009) se han basado en indicadores parciales o que se focalizan sólo en variables relacionadas con la libertad económica.
En este trabajo se utiliza un indicador de calidad institucional construido anteriormente (Aráoz 2010) que combina indicadores que cubren un espectro de instituciones más amplio que las relacionadas únicamente con el aspecto económico, incluyendo variables tales como Cambios en la Constitución Nacional y en las Constituciones Provinciales, Declaraciones de Estado de Sitio e Intervenciones Federales, Libertad de Prensa, Presupuesto, Independencia del Banco Central, entre otras. Con estas variables se buscó capturar la mayor cantidad posible de aspectos que hacen a la calidad de las instituciones de la economía argentina y que al mismo tiempo permitieran estudiar un período de tiempo extenso (1862-2008). En el artículo se utilizan también series de PIB de Maddison y de Hoffman (2000)
Los resultados sugieren que los períodos de alta calidad institucional no coinciden con los períodos de más alto crecimiento pero si coinciden con los de avance relativo. En otras palabras, la mala calidad institucional no se habría reflejado en bajas tasas de crecimiento per se sino de una menor capacidad de seguir a los países de mayor crecimiento del período.