Aguirre, Cecilia Ines (Fundación AMAUTA)
Balbin Aguaysol, Ideshi (Fundación AMAUTA)
Dirección electrónica:
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Resumen:
De acuerdo a varios estudios recientes sobre el tema, las mujeres rurales han asumido el grueso de la carga y muchos de los costos sociales provocados por al globalización de la economía. Las grandes transformaciones económicas que ha vivido nuestro país en las últimas décadas han tenido un fuerte impacto en la vida tradicional del campo en la región y a las mujeres rurales ahora les han sido asignadas responsabilidades y actividades que, tradicionalmente, hacían los hombres. Su papel ha pasado de una condición de falta de reconocimiento laboral, productivo, empresarial, familiar, social y político a la calidad de participantes y generadoras de ingresos que buscan una igualdad de oportunidades con los hombres.
Sin embargo, estas formas de trabajo tienden a ser precarias, deficientemente remuneradas y ofrecen menos oportunidades de formación. Muchas veces su trabajo ni siquiera es reconocido por las estadísticas oficiales.
El proyecto en sí plantea la necesidad de fomentar un desarrollo rural sostenible, que no genere solamente crecimiento económico, sino que distribuya sus beneficios equitativamente, que conserve el medioambiente, que potencie a las personas de manera integral, que otorgue prioridades a los pobres ampliando sus oportunidades y contribuya a la participación de la población rural en las tomas de decisiones que afecten su vida.
En particular, se trata de impulsar la promoción o fortalecimiento de procesos de organización de los productores. Las líneas de trabajo comprenden la capacitación, el estudio de mercados tradicionales o alternativos, la importancia del valor agregado, las ventajas de los procesos de integración, etc.
Una cantidad importante de programas y proyectos orientados a mejorar la autonomía económica de las mujeres, está relacionada con el apoyo a los micro y pequeños emprendimientos en la región a través de programas de capacitación o acceso a créditos y recursos productivos. Varios de estos programas se dirigen a hombres y mujeres, dando crecientemente una atención especial ala situación diferenciada –y caracterizada por una mayor exclusión- de las mujeres microemprendedoras en cuanto a su acceso a la información, capacitación, créditos, nuevas tecnologías, redes de comercialización, etc.
Algunos de estos proyectos productivos son de alcance local y van desde el cultivo de productos básicos con fines alimenticios, la organización de pequeñas industrias o iniciativas de pequeños comercios.
Además de estas actividades de capacitación que se están desarrollando, se han considerado no sólo temas directamente relacionados con la producción, sino otros de vital importancia para las mujeres rurales como la formación de líderes, el fortalecimiento de la autoestima y otros que promueven el empoderamiento de ellas.
